Las plantas endémicas de Chile

Las faldas y laderas andinas en el semiárido sustentan una vegetación compuesta principalmente por pequeños arbustos, herbáceas perennes y anuales. La flora arbórea es muy escasa y solo existe en las elevaciones más bajas a lo largo de los cursos de agua, sin embargo, el chañar (Geoffroea decorticans), el pimiento (Schinus areira) y algunas especies de Prosopis, especialmente el algarrobo (P. chilensis) y el algarrobo blanco (P. alba), pueden ocurrir hasta 2.500 m de altitud, donde están confinadas a los márgenes de los sistemas fluviales. Los arbustos esclerófilos, que incluyen especies de Colliguaja y Kageneckia se pueden encontrar en estas elevaciones mayores, pero también abundan los arbustos espinosos; entre ellos destacan los cactus Eulychnia acida, E. iquiquensis y Leucostele chiloensis. A mayor altitud, típicamente hacia el sur, donde las temperaturas son más bajas y predomina la humedad residual de verano, hay un aumento de las precipitaciones que sustentan los pastizales; estas áreas se conocen como "veranadas" donde los animales domésticos son pastoreados durante los meses de verano. Los ríos andinos y los pequeños lagos son alimentados permanentemente por la nieve y el deshielo de los glaciares. Los valles tienen una rica diversidad de plantas leñosas bajas y especies herbáceas perennes y las laderas altoandinas albergan una rica flora alpina. Aquí, el número de especies de plantas endémicas de Chile es relativamente bajo ya que la flora se comparte con la vecina Argentina.